“Tío Vania” es el paradigma de drama que se basa sólo y exclusivamente en la psicología de sus personajes. Todos ellos comparten una profunda infelicidad y se revuelcan en ella sin ser capaces de concebir la vida desprendidos de sus penas. Su mundo es sombrío, triste y sórdido, lleno de sopor de aburrimiento provocado por la incambiable cotidianidad.
Chéjov conoce al ser humano y le muestra tal y como es cuando se imagina encerrado: vulnerable, molesto, desorientado, asustado y, a veces, violento. Sus personajes provocan en nosotros lástima y compasión porque les hace buenos y cariñosos. Su torpeza y falta de auténtica maldad nos los acerca. Sin embargo, no deberíamos confundirnos. Aunque no se burla, el autor, sonríe ante los sufrimientos subjetivos de sus personajes que se creen tan incomprendidos. “Buena gente, pero perdida en los laberintos de auto compasión”, pensaba Chéjov.